La resiliencia significa la capacidad para adaptarnos ante la adversidad. Es conseguir superar una situación y salir fortalecido. Ejemplo de situaciones resilientes serían: la muerte de un ser querido, el despido inesperado de trabajo, el diagnóstico de una enfermedad…
El tener esta capacidad de resiliencia consigue que tengas un equilibrio emocional frente a las situaciones difíciles, es como un crecimiento de desarrollo personal. Se podría decir que es “el arte de rehacerse”.
Las personas resilientes consiguen aprender de esas circunstancias, puesto que consiguen sobreponerse de manera constructiva. Tienen una personalidad con una autoestima fuerte, ya que se sienten seguras y confiadas en ellas mismas. Además, saben identificar tanto sus fortalezas como limitaciones, lo que les ayuda a actuar en la vida con firmeza y pedir ayuda cuando lo necesitan.
Se puede practicar esta capacidad de resiliencia adquiriendo herramientas para conseguir superar los momentos difíciles de nuestra vida, y la ayuda de un profesional de la psicología puede ser una manera de conseguirlo.
Mariángeles, tu psicóloga.